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Capítulo IV: Lo que no te mata, te hace más fuerte

  • Foto del escritor: Cristina Campos
    Cristina Campos
  • 23 ene 2018
  • 2 Min. de lectura


Tras una temporada enorme e inolvidable para nuestro protagonista, se avecinaba una de las temporadas más duras para él en el Real Jaén. Un torbellino de sensaciones, de un "quiero y no puedo" y de actos que dejaron sin ilusión a un niño que apenas comenzaba a despegar.

En el Real Jaén se competía al máximo nivel y, para ello, habilitaron un equipo A que se llamaría Real Jaén y un equipo B que se llamaría Fundación Real Jaén. La idea era competir en la misma liga ambos equipos pero con objetivos muy distintos: el Real Jaén debía aspirar a conseguir la liga y la Fundación Real Jaén debía mantener y quedar lo más arriba posible en la tabla clasificatoria contra niños que tenían un año más que todos ellos. Esa temporada se consiguieron ambos objetivos por parte de los dos equipos y nuestra Fundación Real Jaén hizo unos números impresionantes compitiendo en un grupo complicado con chavales de mucho nivel y un año mayores que ellos.




Para nuestro protagonista fue una temporada difícil donde se le arrebató una de las cosas más importantes que el fútbol te da: la ilusión. Ilusión de formar parte de un equipo con el que lo has ganado todo, ilusión por sentirte importante e ilusión por la responsabilidad deportiva que suponía ese año. Nuestro canterano pasó de marcar 98 goles y hacer récord en todas las categorías del Real Jaén a solo anotar 17 dianas.

Ese año (con la incorporación de Oscar y Pablo Siles) se configuró un equipo muy competitivo.





Siempre se ha dicho que, por encima de cualquier jugador, está el grupo. Sin embargo y, en este caso, no estoy muy de acuerdo. Con apenas 11 años lo que necesitas como jugador es sentirte bien con tus compañeros y contar con minutos. Nuestro protagonista pasó de jugarlo todo a apenas gozar de oportunidades por razones inexplicables.


Borja comenzaba a sentirse fuera de sitio y, realmente, estaba más fuera que dentro del club. Sin embargo, nuestro canterano no se iba a dejar vencer de lo que parecía un mal sueño y se aplicó el "lo que no te mata, te hace más fuerte".

De esa temporada, podemos salvar malas experiencias que servirían para hacerse más fuerte, pero sobretodo salvamos promesas que viajaban por la cabeza de un niño con 11 años: "prometo esforzarme más", "prometo no dejarme vencer" y "prometo llegar a las categorías más altas del Real Jaén".

Su sueño era llegar a lo más alto y no se iba a rendir tan fácilmente... #Continuará #AlmaDeCanterano #CapituloIV

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